Un Caso Científico

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  • August 30, 2018

Un Caso Científico

Los hechos de la ciencia son claros desde las etapas más tempranas del desarrollo, los no nacidos están vivos y son seres humanos completos. Por lo tanto cada aborto “exitoso” finaliza la vida de un ser humano vivo.

La comunidad médica habla

En su reporte sobre aborto criminal de 1859, la Asociación Medica Americana (AMA) comprendió que “la existencia independiente y real de un niño antes del nacimiento como un ser vivo” era una realidad científica. Nada a cambiado desde ese tiempo. Por los últimos 150 años los doctores han sabido que la vida comienza en la concepción.

Considera las siguientes citas dichas por expertos médicos en el campo de la embriología.

“Es la penetración del óvulo por un espermatozoide y el resultado de la mezcla del material nuclear son la unión que constituye la culminación del proceso de fertilización. Y marca el inicio de la vida de un nuevo individuo.” (Bradley M. Patten, Human Embryology, 3rd ed., New York: McGraw Hill, 1968, page 43.)

“Cada vez que una célula de esperma y un óvulo se unen se crea un nuevo ser vivo el cual continuará viviendo hasta que alguna condición específica le cause la muerte.” (E. L. Potter and J. M. Craig, Pathology of the Fetus and the Infant, 3rd ed., Chicago: Year Book Medical Publishers, 1975, page vii.) El Dr. Watson A. Bowes de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado habla claro cuando dice, “El principio de una vida humana particular es desde un punto de vista biológico un asunto simple – el principio es la concepción.” (Subcommittee on Separation of Powers to Senate Judiciary Committee S-158, Report, 97th Congress, 1st Session, 1981.)

Un reporte del Senado de los Estados Unidos de 1981 afirma, “ Físicos, biólogos y otros científicos coinciden en que la concepción marca el inicio de la vida de un ser humano – un ser que está vivo y que pertenece a la especie humana. Hay un acuerdo abrumador sobre este punto en incontables documentos médicos, biológicos y científicos.” (Subcommittee on Separation of Powers, Ibid.)

Antes de defender el aborto, el primer Presidente de Paternidad Planeada, el Dr. Alan Guttmacher quedó perplejo de que alguien cuestionara estos hechos científicos básicos. “Todo esto parece tan simple y evidente que es difícil imaginar una época que no fuera parte del conocimiento común,” escribió él en su libro Life in the Making. (A. Guttmacher, Life in the Making: The Story of Human Procreation, New York: Viking Press, 1933, p. 3.)

En resumen, una vida humana comienza en la conclusión del proceso de concepción.

¿Cualquier célula Ol lo hará?

No obstante, Ronald Bailey de la revista Reason insiste en que no obtenemos un conocimiento real de estos hechos científicos. Bailey argumenta que los seres humanos embrionarios son biológicamente humanos sólo en el sentido de que cada célula del cuerpo lleva el código genético completo, lo que significa que cada una de nuestras células somáticas (corporales) tiene tanto potencial para el desarrollo como cualquier embrión humano. En pocas palabras Bailey nos haría creer que no hay diferencia de tipo entre un embrión humano y cada una de nuestras células.

Esta es una biología incorrecta. Bailey está cometiendo el error elemental de confundir partes con un todo. La diferencia de tipo entre cada una de nuestras células y un embrión humano es clara: Las funciones de las células de un individuo están subordinadas a la subsistencia de un organismo mayor del cual son sólo una parte. El embrión humano, sin embrago, ya es una entidad humana completa Robert George and Patrick Lee lo dicen bien. No tiene sentido decir que una vez fuiste un esperma o una célula somática. Sin embargo, los hechos de la ciencia hacen claro que una vez fuiste un embrión humano. “Las células somáticas no lo son, y los embriones humanos son organismos auto-integrales capaces de alcanzar su propia madurez como miembros de la especie humana.”

La Dr. Maureen Condic señala que los embriones son seres humanos vivientes “precisamente porque ellos poseen las características particulares definidas de la vida humana que se pierden en el momento de la muerte – la habilidad para funcionar como un organismo coordinado en vez de simplemente un grupo de células vivas.” Condic, Profesor Asistente de Neurobiología y Anatomía de la Universidad de Utha, explica la importante distinción entre las partes individuales y los embriones humanos completos que Bailey pasó por alto:

“La diferencia crítica entre una colección de células y un organismo vivo es la habilidad de un organismo de actuar de manera coordinada para la salud continua el mantenimiento de un cuerpo como un todo. Es precisamente esta habilidad la que se rompe en el momento de la muerte, sin embargo la muerte podría ocurrir. Los cuerpos muertos podrían estar llenas de células vivas pero sus células no funcionan más juntas en una forma coordinada.”

Desde la concepción y en adelante los embriones humanos claramente funcionan como organismos completos. “Los embriones no son solamente colecciones de células humanas, sino criaturas vivientes con todas las propiedades que definen a cualquier organismo como distinto de un grupo de células., los embriones son capaces de crecer, madurar, mantener un balance fisiológico entre sistemas de órganos varios, adaptarse a las circunstancias cambiantes, y reparar daños. Simples grupos de células humanas no hacen nada de esto en ninguna circunstancia.”

El Momento de la Concepción

En su libro A Defense of Abortion, el filósofo David Boonin desaprueba el argumento de lso que van a favor de la vida que el recién concebido zigoto es un organismo humano vivo y completo. ¿Cómo puede ser esto, argumenta, cuando no sabemos el momento preciso durante el proceso de la concepción en el cual el nuevo zigoto humano comienza a existir? Aquí Boonin esta en lo correcto y en lo incorrecto. Verdad, no sabemos exactamente cuando durante el proceso de concepción que el zigoto comienza a existir. Algunos embriólogos argumentan que esto pasa cuando el esperma penetra el óvulo mientras que otros señalan que ocurre cuando los cromosomas maternales y paternales se cruzan formando un juego diploide. Pero como señala Francis J. Beckwith, aunque Boonin levante una importante pregunta epistemológica (¿Cuándo sabemos que el esperma y el óvulo dejaron de existir y se levantó un nuevo organismo?), él está en lo incorrecto de que su escepticismo socave exitosamente el argumento ontológico fuertemente apoyado por los defensores de la vida de que el zigoto es un ser humano viviente y completo. “Pudiera ser que uno no pueda, con confianza, señalar el punto preciso en que un ser nuevo comienza a existir entre el momento en que el esperma inicialmente penetra el óvulo y un zigoto viviente está presente. ¿Pero que puede concluirse de este conocimiento de agnosticismo de que no podamos decir que un zigoto X es un ser humano?”. Boonin escribe Beckwith, “comete la falacia de la barba: Sólo porque no puedo decir cuando el rastrojo termina y una barba comienza no significa que no puedo distinguir entre una cara bien afeitada y una con barba”.

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